jueves, 8 de enero de 2009

Contracorriente (The Butcher Boy)


La primera de las cosas malas que hice fueron las manzanas. Y no tuvo que venir ninguna serpiente a ofrecérmelas: Las robé.

Interesante y poco conocido drama de Neal Jordan, adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita por el novelista Patrick McCabe, que presenta la locura desde una perspectiva poco habitual, la del inocente, un niño, Francie Brady, de padre alcohólico y madre maníaca-depresiva que viven en un pueblo de la campiña irlandesa en los años 60, cuando medio mundo vivía presa del miedo a un conflicto nuclear a escala global.
Lejos del retrato típico de un sociópata, Jordan nos presenta a Francie como una persona que no es consciente del mal que encierran sus actos, lo cual entra en abierta contradicción con la estricta moral de la sociedad irlandesa de la época, dictada en gran parte por la religión católica, donde el sentimiento de culpa ocupa un papel central. No es de extrañar que a este ángulo de vista bastante original el director añada una crítica del estamento eclesiástico que alude al abuso de menores, tema meramente apuntado pero que contribuye a la definición del protagonista.
¿Es la triste y desafortunada infancia de Francie la responsable de su comportamiento? ¿O más bien hay algo en el niño que no funciona como debería? Independientemente de dónde se encuentre la respuesta, Contracorriente es cine visceral, con cierto componente onírico un poco en la línea de su En compañía de lobos, además de encontrarse entre lo mejorcito que nos ha regalado este cineasta irlandés a lo largo de su carrera.

La Virgen María (interpretada en el film por la cantante Sinead O'Connor):
- Hola Francie... no quiero que pienses que te había olvidado. Dios nos ama a todos. Voy a confesarte algo, tú ocupas un puesto especial en su corazón (...) El mundo va por un lado y tu por otro, ¿entiendes éso?

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