¿Qué tendrá esta película que la hace tan especial?
Porque la verdad, esta historia la hemos oído mil veces: Chica rompe con chico de la forma más rastrera que uno pudiera imaginar; chico ha de rehacer su vida.
Pero esperad, que igual os estoy transmitiendo una idea equivocada de la película. Lo que os encontráis aquí al cabo de un cuarto de hora de cinta es una tragedia al uso que, oh sorpresa, se troca en comedia. Pero ojo, que uno cuando piensa en "comedia" le vienen a la mente imágenes de sitcoms yankis y humor grueso que poco o nada tienen que ver con esta película argentina. No, aquí de lo que se trata es convertir el desazón existencial propiciado por una soledad que de repente llama a la puerta de un dependiente emocional en un comienzo donde lo absurdo de las relaciones humanas no puede sino ser visto con humor.
Lo acertado del retrato psicológico del protagonista se auna con un tono natural, fresco, que confieren a la historia una credibilidad y coherencia donde más de un@ se sentirá reconocid@. Y es que una película así un@ la disfruta más y la aprecia mejor cuando le ha pasado algo mínimamente parecido a lo que le acontece (o sufre) el personaje principal.
Toda una lección de cómo convertir una pesadilla monstruosa en un día soleado de verano. Y si después de visionarla no sabéis ver nada de lo que os he dicho... yo que vosotros acudiría a un psicólogo, preferentemente argentino.
Porque la verdad, esta historia la hemos oído mil veces: Chica rompe con chico de la forma más rastrera que uno pudiera imaginar; chico ha de rehacer su vida.
Pero esperad, que igual os estoy transmitiendo una idea equivocada de la película. Lo que os encontráis aquí al cabo de un cuarto de hora de cinta es una tragedia al uso que, oh sorpresa, se troca en comedia. Pero ojo, que uno cuando piensa en "comedia" le vienen a la mente imágenes de sitcoms yankis y humor grueso que poco o nada tienen que ver con esta película argentina. No, aquí de lo que se trata es convertir el desazón existencial propiciado por una soledad que de repente llama a la puerta de un dependiente emocional en un comienzo donde lo absurdo de las relaciones humanas no puede sino ser visto con humor.
Lo acertado del retrato psicológico del protagonista se auna con un tono natural, fresco, que confieren a la historia una credibilidad y coherencia donde más de un@ se sentirá reconocid@. Y es que una película así un@ la disfruta más y la aprecia mejor cuando le ha pasado algo mínimamente parecido a lo que le acontece (o sufre) el personaje principal.
Toda una lección de cómo convertir una pesadilla monstruosa en un día soleado de verano. Y si después de visionarla no sabéis ver nada de lo que os he dicho... yo que vosotros acudiría a un psicólogo, preferentemente argentino.