Cuatro.
Los días que restan para mi regreso a Palma.
¿Para cuándo el tres?
Aquí el transcurrir del tiempo merecería un estudio específico desde la física cuántica.
En el lado positivo no uno sino tres han sido los relatos que he traducido de Angela Carter (La niña de las nieves, El hombre lobo y La compañía de los lobos). De momento son borradores que esperan ser adaptados, pero reconozco que ya estoy satisfecho.
Por otro lado, he aprovechado para retomar La Cicatriz, de China Miéville, que desde finales del verano lo tenía un poco olvidado. Y ya está a punto de caer. Una grata sorpresa que espero poder comentaros en breve, aunque me ha servido para bajar al autor del altar en que lo había encumbrado.
Imaginaos lo mal que tengo que estar que, de entre todo el material que espera su turno de lectura (por cierto, ya he abierto las cajas que envié a casa de mis padres, mi madre está que se sube por las paredes) me he decidido por la última novela gráfica de Bryan Talbot, Alice in Sunderland. 300 páginas en las que el autor revisa la historia de esta población de la costa noreste de Inglaterra y analiza su influencia en la configuración de una obra literaria que impregna gran parte de la cultura occidental, Alicia en el País de las Maravillas. Sí, puede sonar pretencioso (él mismo no lo niega), pero es una de las lecturas más apasionantes en cómic que he tenido ocasión de disfrutar recientemente, lo cual ya es de por sí todo un mérito habida cuenta de la aparente aridez del tema. Ahora bien, por encima del exhaustivo estudio histórico que encierra la obra, Talbot aprovecha para exponer sus ideas sobre otros temas, de calado más universal, como la creación de los mitos o la dicotomía vida-muerte, desde una constante reflexión sobre el lenguaje del cómic. Y en su (divertido) juego con el metalenguaje Talbot nos ofrece la que creo que es una de sus mejores obras hasta el momento.
Y luego, por supuesto, puesta al día de pelis y series. Southland Tales ya ha caído, junto con la genial (y lo digo en serio) Repo Man. Sólo una parte de todo lo que espero poder comentaros por aquí a finales de semana (tengo difícil acceder a internet en La Roca).
Los días que restan para mi regreso a Palma.
¿Para cuándo el tres?
Aquí el transcurrir del tiempo merecería un estudio específico desde la física cuántica.
En el lado positivo no uno sino tres han sido los relatos que he traducido de Angela Carter (La niña de las nieves, El hombre lobo y La compañía de los lobos). De momento son borradores que esperan ser adaptados, pero reconozco que ya estoy satisfecho.
Por otro lado, he aprovechado para retomar La Cicatriz, de China Miéville, que desde finales del verano lo tenía un poco olvidado. Y ya está a punto de caer. Una grata sorpresa que espero poder comentaros en breve, aunque me ha servido para bajar al autor del altar en que lo había encumbrado.
Imaginaos lo mal que tengo que estar que, de entre todo el material que espera su turno de lectura (por cierto, ya he abierto las cajas que envié a casa de mis padres, mi madre está que se sube por las paredes) me he decidido por la última novela gráfica de Bryan Talbot, Alice in Sunderland. 300 páginas en las que el autor revisa la historia de esta población de la costa noreste de Inglaterra y analiza su influencia en la configuración de una obra literaria que impregna gran parte de la cultura occidental, Alicia en el País de las Maravillas. Sí, puede sonar pretencioso (él mismo no lo niega), pero es una de las lecturas más apasionantes en cómic que he tenido ocasión de disfrutar recientemente, lo cual ya es de por sí todo un mérito habida cuenta de la aparente aridez del tema. Ahora bien, por encima del exhaustivo estudio histórico que encierra la obra, Talbot aprovecha para exponer sus ideas sobre otros temas, de calado más universal, como la creación de los mitos o la dicotomía vida-muerte, desde una constante reflexión sobre el lenguaje del cómic. Y en su (divertido) juego con el metalenguaje Talbot nos ofrece la que creo que es una de sus mejores obras hasta el momento.
Y luego, por supuesto, puesta al día de pelis y series. Southland Tales ya ha caído, junto con la genial (y lo digo en serio) Repo Man. Sólo una parte de todo lo que espero poder comentaros por aquí a finales de semana (tengo difícil acceder a internet en La Roca).
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