Cinta francesa adscrita a la ficción con aire documental que viene avalada por inmejorables críticas. ¿Y es para tanto? Veamos...
En La clase asistimos a un año lectivo de un grupo escolar equiparable a un tercero de ESO (catorce-quince años) de la mano de un profesor de lengua en un instituto público francés donde el componente multi-étnico ocupa un papel importante en la vida del barrio donde está sito el centro (el distrito número 20 de París).
Muchos son los aspectos originales que la película posee y que la diferencian de otros productos que han tratado el tema (me refiero sobre todo a las comedias y dramas de procedencia norteamerica, entre las que no puedo sino recordar la insufrible Mentes peligrosas).
Para empezar, el aire documental. La película está basada en un libro (Entre les murs, título con que también se conoce la cinta en Francia) que escribió François Bégaudeau, un profesor de lengua, y que venía a reunir sus experiencias durante un curso entero en un centro muy similar al retratado en el film. Curiosamente, el protagonista de La clase es el mismo Bégaudeau. Así pues, un profesor y no un actor. Lo mismo podemos decir de todos sus alumnos y compañeros de trabajo. No sólo no hay rostros conocidos sino que tampoco hay actores en esta película. Gente de la calle. Ahí es nada.
Por supuesto, lo que se nos cuenta es ficción, aunque una ficción creíble. Lo que pasa podría perfectamente pasar (de hecho así ocurre) hoy en día en un instituto de las características previamente señaladas.
A partir de aquí los hechos se exponen de forma presuntamente objetiva. No hay posicionamiento por parte del director, al menos aparentemente, aunque sí que es cierto que el film podría esconder parte de crítica más o menos velada a la figura del profesor, al modo de enseñanza y al aspecto burocrático del sistema. Pero es el espectador quien tendrá que poner de su parte y llegar a sus propias conclusiones. Lo cual no está nada mal si damos por hecho que lo que teóricamente pretende un profesor debería ser promover el pensamiento autónomo en sus alumnos.
Sumamente interesante es el retrato social que nos hace llegar la película, que apunta a la transformación de la sociedad francesa actual. ¿Cómo se puede reaccionar ante el aporte inmigrante subsahariano, marroquí o chino dentro del aula? Se ha de tener en cuenta de que estamos hablando de culturas a veces radicalmente opuestas a la de acogida en múltiples y básicos aspectos.
Como también es interesante constatar la realidad adolescente que nos presenta la cinta. O los límites de actuación para el docente.
En definitiva, una película necesaria, interesante para todo aquel que de una forma u otra se relaciona con la enseñanza (alumnos, profesores y padres), así como para todos aquellos que estén interesados en comprender un poco mejor a la que será la generación del futuro.
Link relacionado (cuando menos marginalmente): La Ola.
En La clase asistimos a un año lectivo de un grupo escolar equiparable a un tercero de ESO (catorce-quince años) de la mano de un profesor de lengua en un instituto público francés donde el componente multi-étnico ocupa un papel importante en la vida del barrio donde está sito el centro (el distrito número 20 de París).
Muchos son los aspectos originales que la película posee y que la diferencian de otros productos que han tratado el tema (me refiero sobre todo a las comedias y dramas de procedencia norteamerica, entre las que no puedo sino recordar la insufrible Mentes peligrosas).
Para empezar, el aire documental. La película está basada en un libro (Entre les murs, título con que también se conoce la cinta en Francia) que escribió François Bégaudeau, un profesor de lengua, y que venía a reunir sus experiencias durante un curso entero en un centro muy similar al retratado en el film. Curiosamente, el protagonista de La clase es el mismo Bégaudeau. Así pues, un profesor y no un actor. Lo mismo podemos decir de todos sus alumnos y compañeros de trabajo. No sólo no hay rostros conocidos sino que tampoco hay actores en esta película. Gente de la calle. Ahí es nada.
Por supuesto, lo que se nos cuenta es ficción, aunque una ficción creíble. Lo que pasa podría perfectamente pasar (de hecho así ocurre) hoy en día en un instituto de las características previamente señaladas.
A partir de aquí los hechos se exponen de forma presuntamente objetiva. No hay posicionamiento por parte del director, al menos aparentemente, aunque sí que es cierto que el film podría esconder parte de crítica más o menos velada a la figura del profesor, al modo de enseñanza y al aspecto burocrático del sistema. Pero es el espectador quien tendrá que poner de su parte y llegar a sus propias conclusiones. Lo cual no está nada mal si damos por hecho que lo que teóricamente pretende un profesor debería ser promover el pensamiento autónomo en sus alumnos.
Sumamente interesante es el retrato social que nos hace llegar la película, que apunta a la transformación de la sociedad francesa actual. ¿Cómo se puede reaccionar ante el aporte inmigrante subsahariano, marroquí o chino dentro del aula? Se ha de tener en cuenta de que estamos hablando de culturas a veces radicalmente opuestas a la de acogida en múltiples y básicos aspectos.
Como también es interesante constatar la realidad adolescente que nos presenta la cinta. O los límites de actuación para el docente.
En definitiva, una película necesaria, interesante para todo aquel que de una forma u otra se relaciona con la enseñanza (alumnos, profesores y padres), así como para todos aquellos que estén interesados en comprender un poco mejor a la que será la generación del futuro.
Link relacionado (cuando menos marginalmente): La Ola.
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