martes, 20 de enero de 2009

La Cicatriz, de China Miéville

¿Qué puedo decir para convenceros de que un libro vale la pena?

La Cicatriz es una novela que mezcla ciencia-ficción con steampunk y que está escrita por un tipo que cuenta en su haber ensayos políticos sobre marxismo y arquitectura. Su nombre, como su carrera, tampoco es habitual, China, y su apellido, Miéville, puede llevar a más de uno al malentendido.
La protagonista de La Cicatriz cae mal desde la primera página. Y no espereis redención alguna (el cambio, a según qué edades, se hace imposible). Además es una bibliotecaria, profesión que para una "heroína" (mejor así, entre comillas) es poco habitual.
Salen más personajes, por supuesto, y varios de ellos detentan roles importantes. Ahora bien, ninguno es un dechado de virtudes, y la identificación , aunque con tan sólo uno de ellos se hace harto difícil. Claro que más de uno os resultará sumamente... pintoresco. Descubrireis así a los Amantes, la pareja gobernante de un distrito urbano que ostentan cicatrices idénticas inflingidas mutuamente durante el acto sexual. O el Brucolaco, príncipe vampiro que podrá ser muchas cosas menos convencional (creced ya de una vez, fans de Anne Rice).
Por otro lado, el mundo en el que se desarrolla la acción es sugerente e invita a la ensoñación. ¿Os he hablado de Armada, la ciudad pirata flotante? Y a pesar de lo que pudiera parecer a primera vista, se trata de un mundo variado, coherente y dinámico.
Y ante todo la Cicatriz es una historia de pasiones e intereses enfrentados, un enigma cuya desciframiento podría poner en peligro el mismo tejido de la realidad, un relato trepidante de aventuras donde tienen cabida enfoques múltiples, donde hasta el ensayo político (medio encubierto) posee su parcelita.
En cuanto al estilo de Miéville se ha de reconocer que es excesivo, grandilocuente, y barroco por momentos. A pesar de ello, la lectura no se hace pesada en ningún momento, pues hace muy buen uso del ritmo. Además, es sorprendente descubrir el amplio espectro de conocimientos que atesora este joven autor y del que nos hace partícipes.
Una buena lectura de evasión que en última instancia está más cerca de nosotros de lo que podría parecer en un primer momento.

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