sábado, 29 de noviembre de 2008

Vitamina C

Llueve. No, diluvia. El día ha amanecido oscuro, la mañana trocada en tarde. No ayuda mucho el hecho de que tenga faringitis y que mis despertares sean más propios de Grendel que de un ser humano. Y aun así, me muero por salir de casa. No es que tenga nada importante que hacer. Sólo es que me desespera el pensar en quedarme encerrado entre estas cuatro paredes. Hoy.
Precisamente hoy.
¿Que qué es lo que tiene de especial hoy?
Nada. Precisamente eso.
Salvo el hecho de que llueve.

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