sábado, 4 de abril de 2009

Southland Tales, o hay vida después de Donnie Darko para Richard Kelly

We saw the shadows of the morning light,
The shadows of the evening sun,
'Til the shadows and light were one...


Visionar de nuevo Southland Tales después de cuatro meses de aquella primera y desconcertante vez me lleva a escribir estas líneas. Porque ahora creo que ya soy capaz de decir algo al respecto.

Por partes. Hagámoslo digerible.

Southland Tales es una película.
La segunda película de Richard Kelly, aquel director novel que sorprendió a público y crítica con Donnie Darko, su opera prima que actualmente se considera una obra de culto.

Antes de contaros de qué va la cosa sin duda os encantará saber que Southland Tales fue un sonoro fracaso en taquilla.Y la mayor parte de la crítica que asistió a su estreno en Cannes la puso a parir.

¿De qué va?
Southland Tales está ambientada en Los Angeles, en un futuro inmediato.
Los Estados Unidos sufrieron un ataque terrorista en su propio territorio. Un ataque nuclear. Desde aquel preciso instante el país se enzarzó en una guerra contra el terror a escala global (¿os suena?).
Dio comienzo la Tercera Guerra Mundial, que se libraría en varios escenarios, principalmente en Oriente Medio. Irak estaba entre los campos de batalla donde los marines estadounidenses entrarían en combate.
Pero la guerra contra el terrorismo tendría repercusiones para la política interior norteamericana. Las fronteras interiores se militarizaron y en virtud del Acta Patriótica (la 69) se creó una nueva agencia de seguridad llamada US-Ident que pasó a ejercer un férreo control sobre la información e internet.
La guerra también propició un cambio en el uso de las energías, ya que los suministros petrolíferos provenientes de Oriente Medio cayeron en picado. Un inventor alemán, el Barón Von Westphalen junto a su compañía Treer, patenta un generador basado en el "Karma Fluido", un campo energético originado en las corrientes oceánicas. Una fuente renovable, ilimitada y limpia con la que empiezan a funcionar, progresivamente, todos los medios de transporte.
Otro factor a tener en cuenta es el auge de las teorías marxistas que dan lugar a un Neo-Marxismo que propone, en su línea, la destrucción del sistema capitalista y el derrocamiento de dios. Un movimiento político que cuenta con numerosos adeptos en Los Angeles, especialmente entre artistas e intelectuales.

En este contexto se mueve Boxer Santaros (Dwayne Johnson, "The Rock"), un actor de pelis de acción con amnesia que tiene un affair con Krysta Now (Sarah Michele Gear, "Buffy", en la serie homónima), una ex-actriz porno que trabaja actualmente en una especie de chat show y que hace sus pinitos en el mundo del pop (con un álbum llamado Teen Horniness Is Not A Crime que bien pudiera pasar por una parodia de Britney Spears). Como también están los hermanos Taverner, Roland and Ronald (Seann William Scott), que sirvieron en Irak y cuyos destinos parecen entrelazarse con el de Boxer Santaros en lo que parece ser una trama que podría alcanzar a toda la Humanidad.

Southland Tales demuestra que Richard Kelly tiene una serie de obsesiones particulares que no ceja en plasmar en sus proyectos cinematográficos. Con ello me refiero al tema que ya vimos en Donnie Darko, el del destino, que vuelve a aparecer en esta película sólo que a un nivel más épico, con evidentes ecos apocalípticos (Have a Nice Apocalipsis fue uno de los lemas con que se publicitó la película). Pero no es el único. Y como no quiero spoilearos... hasta aquí puedo leer. Ahora bien, tened en cuenta que Southland Tales, aunque no lo parezca a simple vista, es una película de ciencia ficción. ¡Y vaya si lo es!

Antes de contaros mis impresiones, otro dato que hay que tener en cuenta si se os pasa por la cabeza ver esta peli algún día:
Originalmente estaba pensada como una de las partes integrantes de un proyecto constituído por dos partes más. Bueno, en realidad cada una de estas partes a su vez era una trilogía, de forma que Southland Tales fue concebida en un principio como una historia a contar en nueve partes. Las seis primeras se adaptarían al formato cómic, y las tres últimas, el desenlace, serían la película propiamente dicha. Finalmente el proyecto en cómic se vio reducido a tres partes, cada una de las cuales ha sido un tomo yanki. El cómic está escrito por el mismo Richard Kelly, como no podía ser de otra manera, y dibujado por Brett Weldele, e incluyen fragmentos de un guión cinematográfico, The Power, que no es sino un ejercicio de metalenguaje.

Southland Tales requiere un esfuerzo consciente del lector/espectador. Primero porque la lectura previa de los cómics ayuda a entender elementos de la historia que, de no haberse leído, no acaban de quedar claros, por mucho que la película arranca con 15 minutos en los que Kelly trata de sentar las bases por las que se rige su mundo.

Por otro lado está el elemento apocalíptico, a partir del cual se articula la obra y que se halla configurado a partir de fuentes bíblicas y del particular punto de vista de Richard Kelly. Es éste, en mi opinión, el aspecto más problemático ya que, aunque influye en la comprensión de pequeños detalles a lo largo de toda la película donde se muestra decisivo es a la hora de interpretar el final de la misma. Porque Southland Tales es una película que, una vez visionada, provoca en el espectador la necesidad de una explicación, no es un mero producto de disfrute evasivo. De ahí que mirando en internet no sea extraño encontrar páginas donde uno puede leer las interpretaciones que del film tienen algunos de los fans más acérrimos.
Además, el metraje de la versión disponible en DVD no es íntegro. Kelly ya ha prometido una versión donde presumiblemente además de comentarios y extras podrían aparecer escenas eliminadas, un poco en la línea de la versión en estuche metálico de la edición alemana de Donnie Darko donde se incluían textos que aclaraban en gran medida parte de la acción.
Otro aspecto de Southland Tales que puede despistar al espectador es el amplio número de personajes implicados en la trama. Muchísimos secundarios que vienen a dificultar la comprensión de las distintas tramas que confluyen en la principal.
Evidentemente todo ello supone un serio obstáculo a la hora de entender y disfrutar la película.

Southland Tales se brinda a opiniones diversas. O se la odia o se la ama, sin términos medios. Al menos ésto es lo que deduzco de las críticas que pueden encontrarse en la red. Por lo que a mí respecta, reconozco que la primera vez que la vi, después de haberme gustado mucho los cómics, el desenlace de la película me dejó con cara de tonto. Sí, me pareció una monumental tomadura de pelo. Ahora bien, Kelly había obtenido el mejor de los registros posibles de sus actores y actrices (y que hasta el momento no habían destacado precisamente por sus "excelentes" dotes interpretativas en otras películas), lo cual era ya todo un logro. Además la historia hurgaba en la herida del 11-M, relacionando este hecho, así como la situación real a la que condujo en los USA, con ideas y conceptos de ciencia-ficción, atractivos, que daban pie a múltiples lecturas; el ritmo era correcto (en ningún momento de las más de dos horas que dura se me hizo pesada) y contaba con una banda sonora excepcional que se corresponde a la perfección con lo que el director quiere transmitir en cada escena (además integrada por grupos que me encantan, como Jane's Addiction, Pixies, The Killers, Moby...). Pero eché en falta una explicación y una mayor coherencia interna.
Y después de cuatro meses, el segundo visionado. Y me encantó. Por mucho que el final sigue resultándome extraño. ¿Por qué? Un poco por lo que ya os he comentado. Otro poco por ese componente subjetivo que te lleva a apreciar unas cosas cuando otros no ven más que mierda en su lugar. Y con todo sigo creyendo que Southland Tales podría haber sido una película todavía mejor.

Probad. Si os atrevéis. Y ya me contaréis.

Southland Tales, el trailer

This is the way the world ends,
This is the way the world ends,

Not with a whimper,

But with a BANG.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pe-li-cu-lón. Para mí, ya lo sabes, una de las mejores pelis que he visto, así, con letras grandes. Ahora bien, me pasa lo de siempre con obras que me causan tanta impresión: no sé qué decir de ellas. Suerte que tampoco haga falta.

Hator dijo...

A mí me pasa algo extraño con ésta. Me gusta pero después de leer mi reseña me da la sensación de que se me ha quedado algo en el tintero. Repaso y no acabo de encontrar lo que busco y me fascina.. Ese algo que pueda decidir a una persona a verla...

Jaume dijo...

No sé qué decir sobre vuestros comentarios ;P

marguis dijo...

Una que tengo pendiente... la leeré y veré un día de estos pero me tengo que poner en situación... que la cosa parece complicada...