viernes, 15 de mayo de 2009

Jornades sobre La Novel·la gràfica i el còmic com a recurs educatiu



Mira que me gusta poco, pero un cúmulo de circunstancias varias y de índole personal me deciden a poner por escrito algo que, de no hacerlo, sé que actuaría en mi perjuicio. Me disculparéis, pero hoy he de escupir veneno.

Acudo a unas jornadas sobre aplicación didáctica del cómic que organiza el ICE. Hasta aquí, ningún problema.

La primera jornada, la de hoy, estaba constituída por tres ponencias. La primera a cargo de Pere Joan, autor y editor de Inrevés Edicions. La segunda de Francesc Capdevila, aka MAX, autor y editor de la susodicha editorial. La tercera de Rosa Aparicio, filóloga (aunque se la presenta como pedagoga) que trabaja en el Centre de Recursos Pedagògics del Hospitalet y es miembro de la Associació d'Amics del Còmic la Baska.

Round 1: Pere Joan empieza hablando del cómic como medio y después de divagar un rato presenta una selección de algo más de una docena de obras en su opinión susceptibles de ser consideradas como “ejemplares” en un sentido que, advertida la audiencia de que su aplicación en el aula es harto difícil para algunas de ellas, se adivina que obedece a un mero criterio personal. En pocas palabras, me gustaban estos cómics y os hablo de qué van. ¿Los cómics? Sacados de la sección de turno del Babelia o cualquier otro suplemento cultural dominical: King, La ascensión del gran mal, Paracuellos, No pasarán, Palestina, Arrugas, Conversaciones imaginarias con mi madre, 99 ejercicios de estilo, El fotógrafo, Adolf, El almanaque de mi padre, etc.
Después de no mucho pensar reparo en que para Pere Joan el objeto de las jornadas, léase la aplicación didáctica del cómic, se reduce a hablar por encima de cómics con contenido político y social en la mayor parte de los casos.
Independientemente de la calidad de dichas obras, avalada por la crítica especializada y premiada en diversos certámenes, ¿os imagináis a un chaval o una chavala de ESO leyendo King o Palestina?
Y me pregunto... ¿por qué Pere Joan enfocó así el tema cuando daba por supuesto que su selección quizás no era la más adecuada para ser utilizada en el aula por el docente?
Finalizada la ponencia, Pere Joan da paso a Max, el cual le recuerda que primero va una ronda de preguntas y luego un descanso.
La primera pregunta se centra en un cómic sobre Palestina editado por Inrevés y que será distribuido en los institutos. Se alude a la polémica que ha generado de la cual he leído algunas cosas referidas a su orientación ideológica, al dinero público que se ha invertido en él y sobre las críticas que ha suscitado desde los USA. Pere Joan da por supuesto que una pregunta así tocaba salir habida cuenta de su calidad como editor. Tras unos momentos estériles a mi parecer, una pregunta hiriente de un oyente que se ha dado cuenta de que no ha aparecido ningún ejemplo de “novela gráfica” USA en la selección del ponente. A Pere Joan no se le ocurre ningún ejemplo de cómic USA que trate temática social o política. Pide ayuda a Max, sentado en primera fila, que está igual que él.

Round 2: MAX lee su ponencia sobre Maus en catalán, editado por Inrevés. En la ronda de preguntas reconoce que él no es docente al ser preguntado por la potencialidad didáctica de la obra.

Round 3: Rosa Aparicio arranca con las posibilidades que brinda el cómic como recurso educativo. Reconoce leer de todo, superhéroes incluidos y centra la mitad de su discurso en aspectos ligados al cómic como lenguaje, siguiendo las tesis de Scott McCloud.De sus palabras se deduce que conoce exhaustivamente de lo que está hablando. Hace circular unos dossiers prácticos para cómics destinados a diversas etapas educativas que sugieren un ingente trabajo de fondo. Aun así, sufre problemas técnicos que tardan en ser resueltos. Tampoco ayuda que en el último momento se haya optado por suspender el descanso previsto antes de su ponencia, y la audiencia muestra síntomas de cansancio. En la ronda de preguntas una única que le inquiere en torno a un precedente histórico del cómic de ámbito local (ante todo seamos chovinistas, por favor).

Acaba la primera jornada y me pregunto cuál es la impresión que se ha llevado la gente que se ha inscrito. Docentes y universitarios con vocación docente. ¿Cuántos de ellos estarán familiarizados con el cómic? ¿Cuántos de aquellos que desconocen el medio se contagiarán del prejuicio sucinto en las palabras de dos de los ponentes? ¿Hará mella en ellos la desinformación?
Tan sólo espero que la jornada de mañana sea más provechosa y prevalezca el enfoque que debería haberse priorizado en las ponencias y en la selección de los ponentes por parte de la organización.

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