domingo, 30 de noviembre de 2008

Más lluvia

Otro día frío y gris. Y a pesar de mi faringitis (mejor), el trabajo que empieza a entreverse esta semana (de correcciones de exámenes) y que parece que estoy condenado a permanecer en mi caverna en lo que queda de finde, lo cierto es que el día no pinta mal. Aprovecha el momento, que diría Fortuna. Y en ésas estoy, poniéndome al día de lecturas, película y música. Volviendo a encontrar mi reflejo en el espejo. That sort of things.
Y de muestra un botón, cortesía del detallista Ubongo, cosido por un sastre de excepción del que me habían hablado pero de cuya magnífica obra no había podido disfrutar, Leopoldo María Panero:

DESEO DE SER PIELROJA

La llanura infinita y el cielo su reflejo.
Deseo de ser piel roja.
A las ciudades sin aire llega a veces sin ruido
el relincho de un onagro o el trotar de un bisonte.
Deseo de ser piel roja.
Sitting Bull ha muerto: no hay tambores
que anuncien su llegada a las Grandes Praderas.
Deseo de ser piel roja.
El caballo de hierro cruza ahora sin miedo
desiertos abrasados de silencio. Deseo
de ser piel roja.
Sitting Bull ha muerto y no hay tambores
para hacerlo volver desde el reino de las sombras.
Deseo de ser piel roja.
Cruzó un último jinete la infinita
llanura, dejó tras de sí vana
polvareda, que luego se deshizo en el viento.
Deseo de ser piel roja.
En la Reservación no anida
serpiente cascabel, sino abandono.
DESEO DE SER PIEL ROJA.
(Sitting Bull ha muerto, los tambores
lo gritan sin esperar respuesta. )

sábado, 29 de noviembre de 2008

La ola


Seis días es el tiempo que esta ola, la presentada en el film homónimo, necesita para romper. Da miedo, mucho más de lo que en principio podría dar a entender la película nada más empezar a visionarla. Pero me estoy adelantando.
La ola es una película alemana que se estrenó este fin de semana.
Está basada en el libro The Wave (1981) de Todd Strasser, que se basó en el experimento que realizó el profesor de Historia Ron Jones en el instituto Cobberley (Palo Alto, California). Entonces, en plena década de los sesenta, Jones impartió una demostración práctica como parte del estudio de la Alemania nazi que acabó probando la actualidad de las tesis ideológicas totalitarias: el grupo de alumnos que se regía por este paradigma dentro de la clase acabó por desbordar el espacio físico del aula para extenderse por todo el centro; en tres días los 30 alumnos iniciales se habían convertido en 200.
Una cifra que debe contemplarse desde la perspectiva de que esas personas, esos chavales, eran alumnos de un instituto, a los que se les puede atribuir una formación académica en mayor o menor grado.
En Die Welle el director Dennis Gansel se basa en el experimento de la "Tercera Ola" de Jones para volver a traer en primer plano al fantasma de la dictadura nacionalsocialista que Alemania vivió y padeció el siglo pasado, en un ejercicio de recuperación y memoria histórica con el que los alemanes están muy concienciados.
En la película el profesor Rainer Wenger, a quien le ha "tocado en suerte" el tema de la autocracia (cuando quería impartir el anarquismo) para se dessarrollado en un proyecto educativo que dura una semana, decide iniciar su primera clase con una pregunta que dirige al alumnado: ¿Creéis que es imposible que otra dictadura vuelva a implantarse en Alemania? Nadie apuesta por el regreso de un totalitarismo como el nazi. Sin embargo, poco a poco y a lo largo de dicha semana los alumnos de la clase del "Sr. Wenger" se irán permeabilizando a las directrices que el profesor les irá proponiendo. El ambiente distendido de clase, propio de Rainer, irá dando paso a un recorte de libertades y a una disciplina rígida; se adoptará una camisa blanca como elemento distintivo del grupo-clase pero que acabará por salir de las aulas, y que colaborará en la uniformización de un grupo que cada vez será más consciente de su existencia y fuerza, un grupo sumiso a la autoridad del docente, erigido en líder del movimiento; al disidente, al extraño, al que en definitiva no acate las normas de grupo será expulsado del mismo.
El problema es que el experimento se acaba escapando del control del profesor una vez rebasa el espacio del aula. La idea de grupo se extiende por el centro, altamente atractiva para una masa desencantada, sin ideales ni objetivos, insatisfecha, aburrida, de jóvenes.
La Ola es todo un fenómeno cultural. La película ha sido cabeza de taquilla en Alemania y al parecer hasta incluso existe una obra de teatro basada en el libro al que antes aludía. Lo cual me invita a la reflexión, habida cuenta de que ayer, día del estreno, tan sólo compartía sala con cuatro personas más, en uno de los dos cines que, en Palma, proyectan la cinta. Dos cines, por cierto, de segunda fila. En un país que ha pasado por una dictadura y en el que mucho ponen todo su empeño en olvidar.

Vitamina C

Llueve. No, diluvia. El día ha amanecido oscuro, la mañana trocada en tarde. No ayuda mucho el hecho de que tenga faringitis y que mis despertares sean más propios de Grendel que de un ser humano. Y aun así, me muero por salir de casa. No es que tenga nada importante que hacer. Sólo es que me desespera el pensar en quedarme encerrado entre estas cuatro paredes. Hoy.
Precisamente hoy.
¿Que qué es lo que tiene de especial hoy?
Nada. Precisamente eso.
Salvo el hecho de que llueve.

Birth

Sin presentación, sin declaración de intenciones, sin florituras vacuas comienza Struggling in Paradise.